Arturo Rosenblueth
ARTURO ROSENBLUETH

Arturo Rosenblueth Stearns nació el 2 de octubre de 1900 en ciudad Guerrero Chihuahua y Falleció el 20 de septiembre de 1970 fue un investigador, medico y fisiólogo mexicano, considerado como uno de los pioneros de la cibernética.
Rosenblueth comenzó a trabajar en la Escuela Nacional de Medicina como ayudante en la cátedra de Fisiología, la ciencia que estudia las funciones de los seres vivos, pero en 1930, becado por la Fundación Guggenheim, llegó al departamento de Fisiología de Harvard donde trabajó durante 14 años al lado de Walter Cannon, el fisiólogo más destacado de la época.
Ahí conoció a Norbert Wiener, ilustre matemático norteamericano que en ese entonces trabajaba el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en el Club de Filosofía de la Ciencia que el propio Rosenblueth formó.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de EU le pidió al matemático Wiener desarrollar un proyecto dirigido a abatir los aviones enemigos, lo que requería, entre otras cosas, predecir el comportamiento del piloto, así que recurrió a Rosenblueth, con quien tenía el interés común de la aplicación de las matemáticas y la teoría de la comunicación en el funcionamiento de los seres vivos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de EU le pidió al matemático Wiener desarrollar un proyecto dirigido a abatir los aviones enemigos, lo que requería, entre otras cosas, predecir el comportamiento del piloto, así que recurrió a Rosenblueth, con quien tenía el interés común de la aplicación de las matemáticas y la teoría de la comunicación en el funcionamiento de los seres vivos.
En 1943, junto con el ingeniero informático estadunidense Julian Bigelow, Wiener y Rosenblueth escribieron el ensayo Comportamiento, Propósito y Teleología, que fue reconocido como el primer documento de la cibernética. Un año más tarde, en medio de la guerra, Rosenblueth rechazó un puesto permanente en la Universidad de Illinois, pues obtener la ciudadanía estadunidense era un requisito indispensable, así que volvió a México al Instituto Nacional de Cardiología (INC) como jefe del departamento de fisiología, precedido de una gran fama. Entonces invitó a Wiener a asistir a un congreso de la Sociedad Matemática Mexicana que iba a celebrarse en Guadalajara, y el matemático comenzó a trabajar también en el INC.
Para 1948 Wiener publicó el libro Cybernetics or Control and Communication in the Animal and The Machine, que escribió en un departamento de la colonia Hipódromo Condesa y en el que se acuñó la palabra cibernética. Lo dedicó a Arturo Rosenblueth, con el reconocimiento de que había sido el principal interlocutor de las ideas expuestas en la publicación .Arturo Rosenblueth nos lleva a una historia de hace más de 50 años, en la que Ruth expone con detalle las circunstancias y situaciones relacionadas con la labor creativa de este gran científico y las dificultades que tuvo que afrontar para hacer ciencia en México. Ciertamente la estancia de Rosenblueth en el INC (Instituto Nacional de Cardiología) contribuyó a generar tradiciones que posteriormente cristalizaron con la creación del Cinvestav, proceso que ocupó los últimos 10 años de su vida, años en los que luchó para consolidar lo que él deseaba fuera una institución modelo en el país.
Hay mucha historia detrás que Ruth ha rescatado de archivos olvidados en cajas de cartón y que ha revividopara contarnos lo que implicó mantener al Cinvestav funcionando a pesar de que a partir de 1968 fue obstaculizado por la administración de Díaz Ordaz. Hay allí una historia que muchos de nosotros ignorábamos y que Ruth sacó a la luz: la falta de interés del Gobierno para apoyar a una institución científica que consideraba un semillero de disidentes. Así, restringió el apoyo a las labores primordiales de la institución y llegó, según consta en los documentos que Ruth consultó, al extremo de proponer a la Junta de Gobierno que los nuevos edificios que se requerían se construyeran por la vía de una solicitud de un préstamo hipotecario “avalado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público”, propuesta a la que, por cierto, Rosenblueth opuso una firme resistencia.
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